pesada madrugada en tus calurosas manos ausentes... un chueco andar al vacío... tus ciegos ojos me miran a través de un espejo que jamás existió... y mientras tanto espero en un estruendoso camino...

creo que he de volar sin alas hacia ese cielo infinito de nadas... ahogarme en halagos huecos que no pronuncia tu garganta... pensarme ser, sin otra cosa que esto... y fingir sonrisas de rubíes y caramelos...

mi dolor lleva tu nombre... ayer, hoy y siempre... como las espinas de hielo que sembrabas en mi corazón... migas de viento... sueños de papel reciclado....

las cenizas del otoño parecen haber pasado... y sólo han retollado piedras en èste paraje muerto... ave de mal agüero en trabajoso andar... y me revientan los párpados en tan calurosa madrugada pesada por tus manos ausentes...