Oh
tú, que siempre has sido recto. Quien no ha fallado ni flaqueado ante las
tentaciones terrenales. Tú, justiciero, verdugo, acusador. Tú, ángel
inmisericorde que viene a cobrar mis pecados, hablad.... Os suplico...
No soy digna de que entres en mi casa, pero una palabra tuya, bastará para
sanarme...
Tú, quién sacia mi sed, y corrompe mi espíritu. Tú, de cuerpo de marfil y ojos
tajantes. Tú, ángel de muerte que me perturba en las noches, perdonaos mis
males... Os ruego...
No soy digna de que entres en mi casa, pero una palabra tuya, bastará para
sanarme...
Tú, ángel de mi muerte. Tú, el intocable. Tú, quien me condena a diario. Tú,
cuyo fuego quema mi corazón. Venid, rescatadme... Os necesito...
No soy digna de que entres en mi casa, pero una palabra tuya, bastará para
sanarme...
Oct. 7, 2012
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