Sunday, October 14, 2012

No soy digna de que entres en mi casa, pero una palabra tuya, bastará para sanarme...


Oh tú, que siempre has sido recto. Quien no ha fallado ni flaqueado ante las tentaciones terrenales. Tú, justiciero, verdugo, acusador. Tú, ángel inmisericorde que viene a cobrar mis pecados, hablad.... Os suplico...

No soy digna de que entres en mi casa, pero una palabra tuya, bastará para sanarme...

Tú, quién sacia mi sed, y corrompe mi espíritu. Tú, de cuerpo de marfil y ojos tajantes. Tú, ángel de muerte que me perturba en las noches, perdonaos mis males... Os ruego...

No soy digna de que entres en mi casa, pero una palabra tuya, bastará para sanarme...

Tú, ángel de mi muerte. Tú, el intocable. Tú, quien me condena a diario. Tú, cuyo fuego quema mi corazón. Venid, rescatadme... Os necesito...

No soy digna de que entres en mi casa, pero una palabra tuya, bastará para sanarme... 
Oct. 7, 2012

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